No me critiques por echarte de menos y no me repitas más veces que ya me lo dijiste, que ya está hablado y que no se puede echar de menos algo que no se ha tenido. Sabes tan bien como yo que se puede, aunque trates de engañarnos.
No más mentiras. Yo estoy cansada de mentir. Sigamos siendo dos idiotas incapaces de hacer una vida con la vida que les queda.
Prefiero seguir soñándote, quizá si estuvieras conmigo no serías tú quien peleara mis sueños. Otros entrarían, yo conocería todos tus defectos y seguramente en un tiempo estaríamos cansados de vernos, y nuestros cuerpos irían quedando cada vez más viejos, al igual que nuestros corazones, que apenas recordarían que un día hicimos salvajemente el amor mientras me enseñabas a volar.
Hoy recuerdo eso, precisamente porque no nos tenemos...y porque es más emocionante soñar con que esos momentos se pueden volver a repetir, pero que no van a ser obligados...es más bonito pensar que la magia no va a acabar, y quizá, para que no acabe lo mejor es no estar juntos.
Posiblemente si te llevo otro vaso de agua helada a la cama podríamos matarla, por tanto, mejor no arriesgar.
Voy a dormir, y a soñar con que me haces el amor. Quizá soñar sea lo más sano.
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